que tu beso
se comió la luz
ocultó tu imagen y tu rostro
borró toda la memoria
que tu beso
creó la bóveda de mis gemidos
mató los pesares
imaginó mis dedos
que tu beso
ridiculizó mis versos
alcanzó las mil y una luces
sacrficó todos los miedos
que tu beso
me supo a vino
me quemó el acento
me ancló a tus labios
.
.
.
.
Bien, vale, es un poco almibarado y tal, pero bueno es lo que hay. Es que en esto de escribir poesía amorosa hay escritores y escritoras que lo hacen bastante mejor que yo, desde luego (vease la obra de Violeta, por ejemplo).
En mi humilde opinión, no cre que sea mejor o peor, sino con estilos diferentes. Lo que hace Violeta siempre me recuerda a una cascada de palabras, o a una cadena, como a un tren.
Lo que haces tú me recuerda más a lo que hago yo: juegas más con las repeticiones, intensificando.
Pues a mí me gusta.
Es más, me parece precioso.
Ah, y feliz finde! 😀
¡ey!, Miranda, sigues por aquí. Gracias por pasarte. ¿Dónde andas?
A ese poema lo que le falta es una dedicatoria. Por lo demás está muy bien.
(Agitando los blogs).
Yo siempre ando por aquí, guapo, de hecho me asomo a diario a leerte 🙂
Pero en agosto… VACACIONES!!! Aleluya aleluya!!
Qué oral fixation tiene usté, señor mío…