Sobre la incultura de los cultos.

Hará unos dos meses un amigo me enviaba un artículo de El País (Babelia) en el que se seleccionaban unos versos de un muy reconocido poeta (Francis Ponge). Él como poeta y como hombre de ciencias ponía el grito en el cielo por la falta de cultura científica que demuestran algunos hombres «cultos» de nuestra cultura (valga la redundancia).

Los versos en concreto eran:

«La naranja obliga a la laringe a abrirse ampliamente,
tanto para la pronunciación de la palabra como para la
ingestión del líquido»

El poeta da claras pruebas de su incultura de su propio cuerpo. Si alguien tratara de ingerir cualquier líquido por la laringe podría morir ahogado.

El caso es que ultimamente he vuelto a escuchar los discos del dúo «Pauline en la playa» y me he encontrado de nuevo con unos versos en los que se comete una nueva demostración de incultura científica. Yo considero que la poesía de este dúo es francamente buena (se que mucha gente me va a decir que son un poco moñas, pero creo que son muy buenas escribiendo y musicalmente, ¡ea!), pero hay una canción que se titutla «Menuda torpeza» donde se comete un pequeño error científico.

Los versos en concreto son:

«Menuda torpeza y van tres
lo peor de esta vez
es que me he enamorado
y resulta que el tipo es un pez
concretando me ha dicho que es un cetáceo
y ya ves…»

Bueno, pues parece ser que no se han dado cuenta que los cetáceos no son peces sino mamíferos, pisciformes sí, pero mamíferos.

¿A qué coño viene esto? Pues para que veamos que ninguno estamos exentos de cometer errores y que los cometemos y atroces y la incultura es tanto de letras como de ciencias. No se pueden meter patadas al diiccionario ni a la gramática, pero tampoco se puede descuidar el resto. No podemos ir de culturetas y luego meter la pata en temas de ciencias o de otra índiole, joder. Que debemos tener cuidado, coño. Y yo el primero que tengo problemas con las tildes, el leismo y los gerundios y luego además meto la pata en muchos temas no lingüísticos que no relataré aquí porque mi pudor es mucho y me sonrojo con extrema facilidad.

¡Estudiemos!, joderyaqueyaestabienhostias.

10 respuestas a “Sobre la incultura de los cultos.

  1. No he escuchado a estos sensibles y brumosos artistas llamados Pauline en la Playa, pero con ese nombre, como mínimo les lapidaba públicamente en la plaza del pueblo de Santoña, ante la atenta mirada del drogadicto de los Planetas, el mongol del Miki Puig y ese gran empresario y bon vivant llamado Carlos Galán.
    Dios, en qué país vivimos…
    Ah, el artículo, muy guapo.

  2. Básicamente, estoy de acuerdo contigo. Pero. En el segundo caso, pse, es que les rimaba, punto. Posiblemente no lo sabían, pero de haber sabido que un cetáceo no es un pez… creo que les hubiera dado igual, porque cuentan con la ignorancia de otros que les emcubren.

    Y en el primer caso, un poco lo mismo. La laringe está incluída en el paradigma «garganta»», así que, arrastrados ahí, ya uno no para en detalles.

    Pero, vamos, que sí, que no se enteran (y, ya te digo, si se enteran, les da igual decir chorradas)

  3. Vale, ya sé que no tiene nada que ver con tu post (que por cierto está mu bien) pero es que quería despedirme porque… ¡¡¡hoy es mi último día de curro y el sábado me voy de vacaciones!!! ¡¡¡Yujuuuu!!!

    Por cierto, ahora que lo pienso… Se me ocurre algo relacionado con tu post.
    En el tema «Del Bosque de tu Alegría», de «Arena en los Bolsillos», disco que me encanta, Manolo García dice lo siguiente:

    «Porque de ti volví a aprender lo necesario.
    A prescindir de lo inútil, que nada es precario.»

    Y digo yo: ¿no tendría más sentido decir «que TODO es precario»? Vamos, yo lo veo clarísimo, pero me consta que no todo el mundo lo ve así. Sobre todo los fans más acérrimos de Manolo García jejejee A mí me chifla, pero vaya que ahí metió la gamba. ¿No? 😀

    ¡¡Lo dicho, besos y hasta la vuelta!!

  4. Pues sí que es cierto que se cometen muchas atrocidades, pero con la ex-ministra de cultura que teníamos (ahora presi del congreso) pues que esperabas… jejejeje…

    Yo siempre procuro corregir las faltas de las que me doy cuenta. Siempre desde el cariño y el respeto, nunca insultando ni humillando. Me parece fundamental. No lo hago con saña ni para hacerme el listo, sino para que se mejore en cultura.

    Asimismo, siempre he aceptado de buen grado las correcciones, sin cabrearme ni humillarme. El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

    ¡¡¡Y «Pauline en la playa» es un tostón!!! 🙂

    He vuelto, pero con muy poquitas ganas.

    Saludos salvajes.

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